La importancia de la huella ecológica recae en ser un indicador biofísico, y nos permite conocer el conjunto de impactos que ejerce una colectividad determinada (país, región o ciudad) sobre su entorno, considerando tanto los recursos necesarios como los residuos generados para el mantenimiento del modelo de producción y consumo de ese colectivo.
Si miramos el mundo y descubrimos cómo los seres humanos gestionamos las reservas naturales y como medimos los impactos que causamos podríamos encontrar información alarmante que de por sí es necesaria tomar en cuenta para asegurar nuestra supervivencia como especie en el planeta tierra.
El consumo desmedido de recursos nos pone en cifras negativas a los seres humanos en comparación con los que nos ofrece la tierra según el portal footprintnetwork.org que hasta el 2016 el mundo necesitaría 1.69 veces su capacidad para satisfacer el desmedido uso de recursos, es decir necesitaríamos 1.69 planetas tierra adicionales para estar a par con nuestro consumo
Respecto a Sudamérica el panorama es similar en comparación a otros continentes como Europa, mientras que en el primero estamos en déficit de uso de recursos, es decir consumimos al crédito 1.68 planetas tierra, en el norte de Europa tenemos que el déficit es de 3.13 planetas, es decir se necesitarían 3.13 veces el planeta tierra y su capacidad para vivir al ritmo en el que se consumen los recursos en esta parte del mundo.
Esta información es relevante para comprender no solo el nivel de consumo sino los patrones de conducta por regiones en el planeta tierra que nos explica en parte la situación medioambiental que envuelve al planeta, la poca conciencia en la tres r’s : reusar, reducir y reutilizar es un poco el resultado de esta tendencia que al parecer seguirá en alza hasta que los ciudadanos y las empresas tomemos conciencia de las consecuencias de cada uno de nuestros actos y sus consecuencias.
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