En estos días de cuarentena hemos podido experimentar diversas teorías de pensamiento con respecto al comportamiento humano, es casi como la investigación a unos ratones de laboratorio que son expuestos a diversos estímulos sociales y científicos para al final hacer un reporte de sus evoluciones o involuciones en función a un tema de estudio; así nos vemos a nosotros mismos con las medidas de encierro donde no solamente nos han cercenado nuestra libertad de tránsito por temas de supervivencia básica, sino que además ha desnudado como el COVID19 expone dos factores preponderantes de nuestra pobreza de espíritu: La falta de empatía y la indisciplina como altos factores de contagio.
Si empezamos a listar las cosas positivas de esta pandemia la primera que salta a la vista y de la que nos hemos asombrado es el gran beneficio que ha recibido el medio ambiente y que ademas de ser visible, es también verificable en cifras, la disminución de emisiones de dióxido de carbono y nitrógeno han sido altamente notables en ciudades como Hubey donde las concentraciones de gases de efecto invernadero disminuyeron en torno a un 25% mientras duró el confinamiento; el consumo de carbón en las centrales eléctricas bajó un 36% y la capacidad de refinamiento de petróleo se redujo en un 34% de acuerdo al diario "El Economista" de España.
Mientras que la calidad del aire en nuestras ciudades mejora, la flora y fauna encuentra mejores espacios donde desarrollarse plenamente, las personas estamos cada vez en menos condición de disfrutarlo; pero no todo es color de rosa en el medio ambiente, la cantidad de material desechado y no reciclado adecuadamente en el mundo (mascarillas, guantes quirúrgicos, ropa esterilizada desechable y mascaras transparente de plástico)esta causando un despropósito mayor en algunos lugares del mundo del que ya tendremos que encargarnos más temprano que tarde o asumir como ya es costumbre nuevamente asumir las consecuencias de nuestros actos.
Es clara la falta políticas sectoriales que trabajen de forma transversal el medio ambiente, que promuevan las energías limpias en la empresa privada o que por lo menos aprueben incentivos para municipios, gremios empresariales, etc. que reciclen en gran cantidad, para beneficio de las 3 R's : reciclar, re usar y reducir; también existe la falta de interés de los sectores productivos quienes aun no han encontrado el beneficio expreso de aportar a esta causa.
No se operativiza la valoración a la cadena del reciclaje, donde existe una desigualdad muy grande en algunos eslabones, quienes hacen el trabajo más pesado y peligroso son los que menos beneficios tienen o por lo menos no los más justos. Empezar por una revisión clara de los procesos de reciclaje puede llevarnos a reencontrarnos no solamente con un medio ambiente más armonioso sino ademas con personas más felices de vivir en este mundo.
Es el momento de tomar conciencia de las consecuencias de nuestros actos con el medio ambiente y el impacto que tiene este en la vida diaria, las industrias, las empresas que brindan servicios, el sector inmobiliario, los productores y todos quienes estamos inmersos en una cadena productiva y quienes dependemos de otros para sobrevivir; nuevamente determinar que los mas grandes factores de contagio que han marcado el descomunal avance del COVID19 en el mundo son la empatía y la disciplina y contra ellas no hay laboratorio que haya creado una vacuna hasta el momento.
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